China y Estados Unidos protagonizaron un fuerte enfrentamiento en la ONU respecto al Canal de Panamá, un tema que ha reavivado tensiones geopolíticas. La embajadora interina de EE.UU., Dorothy Shea, expresó su preocupación por la "influencia desproporcionada" que China ejerce sobre el canal, especialmente en lo que se refiere a la infraestructura y operaciones portuarias.
Este choque se dio en una sesion del Consejo de Seguridad de la ONU, donde el presidente panameño, José Raúl Mulino, defendió la neutralidad y propiedad panameña sobre la vía interoceánica. Mulino resaltó que el canal pertenece a su país desde 1999, cuando el control fue transferido por Estados Unidos, resultado de un tratado firmado en 1977.
La embajadora Shea advirtió que la influencia china no solo afecta a Panamá, sino que representa un riesgo potencial para el comercio y la seguridad a nivel global. Afirma que los reclamos marítimos de China en el Mar de China Meridional muestran una tendencia agresiva que pone en peligro la seguridad marítima.
Por su parte, el embajador chino ante la ONU, Fu Cong, rechazó las acusaciones y argumentó que China respeta la soberanía panameña y apoya su gestión del canal. Asimismo, condenó lo que calificó como intentos de EE.UU. de recuperar el control sobre esta estratégica vía marítima.
La situación se complica aún más, ya que Estados Unidos presiona para que una empresa china que opera en los puertos del canal venda sus intereses a un consorcio estadounidense. Esto ha provocado protestas en Panamá, donde muchos rechazan cualquier intento de influencia o control extranjero sobre el canal.
Mulino enfatizó que la soberanía panameña sobre el canal es innegociable y que cualquier intento de control externo es inaceptable. Las tensiones continúan mientras ambos países mantienen posturas firmes en este delicado asunto que afecta a la región y al comercio internacional.
