Los fines de semana, los peligrosos balnearios del río Nizao se llenan de gente buscando escapar del calor. Sus aguas cristalinas y sus paisajes son un imán, pero esconden un riesgo del que muchos no son conscientes.
El problema principal son las crecidas repentinas del río. Aunque el día esté soleado en la zona baja, una lluvia fuerte en las montañas puede provocar una riada violenta en cuestión de minutos, sin dar tiempo a reaccionar.
Lugares tan populares como "La Represa" en San Cristóbal y otros charcos en la provincia Peravia son conocidos por estas crecidas. La gente está disfrutando de un baño tranquilo y de repente se ve atrapada por la fuerza del agua.
Las autoridades de la Defensa Civil hacen un llamado constante a la prudencia. Piden a los visitantes estar siempre atentos al color del agua; si se torna turbia o marrón, es una señal de que viene una crecida y hay que salir de inmediato.
Lamentablemente, cada año se reportan historias de personas arrastradas por la corriente por no hacer caso a las advertencias. La belleza de estos balnearios puede ser engañosa y un descuido puede costar la vida.
Así que, aunque el río Nizao ofrece un escape refrescante, es vital recordar que es un lugar de respeto. Disfrutar de sus aguas debe ir de la mano con la precaución y la vigilancia constante del entorno.