La reciente imposición de un arancel del 10% por parte de Estados Unidos a las importaciones provenientes de República Dominicana ha generado preocupación en diversos sectores económicos del país. Esta medida, anunciada por el presidente estadounidense Donald Trump, afecta directamente a las exportaciones dominicanas, especialmente a las zonas francas, que dependen en gran medida del mercado estadounidense.
Expertos como Jaime Aristy Escuder han calificado esta acción como un "duro golpe" para la competitividad de los productos dominicanos, señalando que podría restar atractivo frente a otros países que no enfrentan tales aranceles. Además, se ha señalado que esta medida podría violar el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA), que establece la eliminación progresiva de barreras arancelarias entre los países firmantes.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) ha expresado su preocupación por el impacto de estos aranceles en las exportaciones nacionales, destacando que cualquier aumento en los costos de exportación puede afectar la competitividad de los productos dominicanos en el mercado estadounidense.
Ante esta situación, se plantea la necesidad de diversificar los mercados de exportación y fortalecer la competitividad de los productos dominicanos para mitigar los efectos negativos de estas medidas arancelarias.