El último día del Generalísimo: crónica del trayecto hacia la muerte de Rafael Trujillo Molina. El 30 de mayo de 1961, un martes común en Ciudad Trujillo, el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina vivió sus últimas horas sin sospechar que ese día cambiaría la historia del país.
Trujillo se levantó temprano, alrededor de las 5:00 a.m., como era su costumbre. Revisó los informes diarios proporcionados por su servicio de inteligencia en su residencia oficial, la Estancia Rhadamés, ubicada en lo que hoy es la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte. Posteriormente, se dirigió al Palacio Nacional.
A las 10:00 a.m., acompañado del entonces jefe de la Policía, coronel Marcos Jorge Moreno, Trujillo partió hacia la "Aviación" (hoy Base Aérea de San Isidro), donde realizó una inspección antes de regresar al Palacio Nacional.
Esa noche, a las 9:45 p.m., en el kilómetro 9 de la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal, el vehículo en el que viajaba Trujillo fue emboscado y ametrallado, recibiendo más de 60 impactos de bala. Siete de esos disparos impactaron al dictador, causándole la muerte.