La doctora Altagracia Guzmán Marcelino ha revelado el lado más amargo de la deshumanización en el sistema de salud. La exministra de Salud narró en carne propia cómo se sintió ser una víctima más de la falta de empatía.
Su testimonio es doblemente impactante, pues viene de alguien que conoce el sistema desde adentro y desde la cima. Contó cómo, al ser paciente, sintió que su condición de ser humano fue ignorada por el personal que la atendía.
Guzmán Marcelino, una de las figuras más respetadas del sector, describió esa sensación de ser tratada como un objeto. Una experiencia que la marcó profundamente y que, asegura, viven miles de dominicanos cada día en clínicas y hospitales.
Su valiente denuncia busca sacudir los cimientos del sistema de salud dominicano. Es un llamado de atención para que los médicos, enfermeras y todo el personal recuerden que tratan con personas, no con enfermedades.
La exfuncionaria no dio nombres ni lugares específicos, pues su intención no es señalar culpables. Lo que busca es iniciar una conversación seria y profunda sobre la necesidad de volver a un modelo de atención más humano y cercano.
Sus palabras resuenan con fuerza, poniendo sobre la mesa un problema del que se habla mucho en voz baja. Que una exministra lo diga públicamente le da una nueva dimensión y una urgencia que no se puede ignorar.
