INAIPI tenía denuncia maltrato antes de la muerte de una niña en Los Guandules, hecho que ha generado conmoción nacional y cuestionamientos al sistema de protección infantil.
Una trabajadora del centro infantil habría recibido la alerta de una vecina sobre el maltrato que sufría la menor y lo registró como caso de emergencia.
Sin embargo, la denuncia no se procesó de forma efectiva dentro de la institución, lo que abrió un debate sobre la falta de coordinación y seguimiento.
La niña de siete años murió tras sufrir agresiones continuas a manos de sus tutores, quienes ya se encuentran bajo arresto y enfrentan cargos por homicidio y maltrato infantil.
Este hecho expuso las debilidades en los protocolos de respuesta, pues aunque la alerta existía, la acción preventiva no se ejecutó a tiempo.
Las autoridades han prometido investigar a fondo por qué la denuncia no fue atendida adecuadamente.
Comunitarios y familiares exigen justicia y mayor control sobre la gestión de denuncias en programas como el INAIPI, cuya misión es velar por la niñez vulnerable.
Psicólogos y expertos en infancia advierten que el caso no es aislado, sino un reflejo de múltiples alertas que suelen quedar sin respuesta efectiva.
Organizaciones sociales han solicitado la creación de un mecanismo independiente que garantice que toda denuncia sea atendida con rapidez y transparencia.
El caso también ha reavivado la discusión sobre políticas públicas de protección infantil y la necesidad de reforzar la supervisión estatal.
Se plantea incluir sistemas digitales interconectados entre instituciones, así como capacitación constante del personal en manejo de denuncias de maltrato.
Mientras tanto, la comunidad de Los Guandules permanece consternada por la tragedia y pide que no se repita una omisión de esta magnitud.