Los locales comerciales en el Metro de Santo Domingo son una fuente importante de ingresos, generando más de RD$3 millones mensuales. Esta cifra incluye 66 de los 175 anuncios disponibles en las líneas del metro, destacándose la venta y reparación de celulares como la actividad predominante.
A pesar de ser un centro comercial, muchos dueños enfrentan desafíos. Por ejemplo, la compañía Claro ocupa el mayor número de espacios, pero otros inquilinos, como Mobicell Yoban, lidian con el aumento del costo de alquiler en dólares y condiciones estrictas en sus contratos.
Los contratos, que estipulan un aumento del 5% cada año, han creado tensiones entre los inquilinos y la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret). La falta de flexibilidad en las cláusulas y el régimen de alquiler están afectando a los pequeños comerciantes.
Los locales que no tienen contratos, como algunos de servicios de telemedicina y tiendas, también son un problema, ya que están ocupados, pero su estatuto no los clasifica como arrendamientos comerciales. Esto ha suscitado preocupaciones sobre la equidad de las oportunidades para todos los comerciantes dentro del sistema.
Este panorama refleja un sistema comercial en desarrollo y las dificultades que enfrentan los emprendedores que operan dentro de una infraestructura pública como el Metro. El futuro del comercio en el metro dependerá de la capacidad de adaptación de los inquilinos a las fluctuaciones del mercado y a las condiciones de su contrato.