El conflicto EE. UU.–Irán se intensificó cuando Vladimir Putin calificó como “agresión injustificada” los recientes bombardeos de Estados Unidos e Israel contra Irán. Durante su reunión en Moscú con el ministro iraní Abbas Araqchí, el presidente ruso expresó su condena sobre los ataques a instalaciones nucleares en Fordow, Natanz e Isfahán.
Putin destacó que Rusia apoyará al pueblo iraní y se ofrecerá como mediadora diplomática en la crisis regional. Putin subrayó que tales ataques carecen de justificación legal y representan una violación de la soberanía iraní, subrayando su firme oposición al uso unilateral de la fuerza.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que esta escalada podría desestabilizar Oriente Medio y provocar riesgos como fugas radiactivas. Putin también recordó que el tratado de asociación firmado con Irán a principios de año no incluye cláusulas de defensa mutua, aunque reafirmó su disposición a mediar.
El ministro Abbas Araqchí agradeció a Putin el respaldo y destacó que Rusia se encuentra del “lado correcto de la historia”. La comunidad internacional, incluyendo China, también ha expresado condena y pedido de moderación ante el conflicto bélico.
Mientras tanto, Irán advierte que responderá con fuerza a futuras agresiones, elevando la tensión global.
