En una decisión que ya está generando controversia, el presidente Trump retira la protección del Servicio Secreto a Kamala Harris. La medida, que se ha hecho efectiva de inmediato, deja a la exvicepresidenta sin la escolta federal.
Esta acción pone fin a una tradición de seguridad para ex altos funcionarios. Generalmente, los exvicepresidentes mantienen la protección del Servicio Secreto durante un tiempo prudencial después de dejar el cargo.
Fuentes de la Casa Blanca han justificado la medida como parte de una política de reducción de gastos. Sin embargo, los críticos del presidente ven esto como un acto de revancha política contra su antigua rival.
A partir de ahora, la seguridad de Kamala Harris y su familia dependerá de fondos privados o de la policía estatal. La decisión ha generado preocupación en el Partido Demócrata por la seguridad de una de sus figuras más visibles.
Este es uno de los movimientos más audaces y polémicos del nuevo mandato del presidente Trump. Demuestra su intención de romper con las convenciones y protocolos establecidos en Washington.
El debate ya está servido en todos los medios de Estados Unidos y el mundo. La pregunta que muchos se hacen es si esta decisión es un simple recorte de presupuesto o un mensaje político con segundas intenciones.